jueves, 27 de septiembre de 2007

“La venganza de la Tierra", James Lovelock.


(The Revenge of Gaia: Why the Earth Is Fighting Back - and How We Can Still Save Humanity, 2006)
Editorial Planeta
250 páginas.

El escritor de este libro, James Lovelock es un científico independiente, meteorólogo, escritor, inventor y ambientalista, famoso por la Hipótesis Gaia, según la cual la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio).

Antiguo opositor al armamentismo nuclear, ahora promueve el uso de la energía nuclear como único recurso para disminuir el abuso de los combustibles fósiles y evitar que el sistema atmosférico llegue a un punto sin retorno que lo desestabilice.

El libro es muy interesante, nadie debería dejar de leerlo. Sobretodo si queremos saber qué está pasando con la Tierra y qué podemos hacer para arreglar lo que parece inevitable. En este libro James Lovelock nos cuenta que la Tierra está rebelándose y cómo podemos todavía salvar a la Humanidad.

SINOPSIS:

Durante miles de años la Humanidad ha explotado la tierra sin tener en cuenta las consecuencias. Ahora que el calentamiento global y el cambio climático son evidentes para cualquier observador imparcial, la Tierra comienza a vengarse.

La Humanidad no sólo está a punto de autodestruirse sino que todas las soluciones propuestas o aplicadas hasta ahora no pueden resolver el problema (la biomasa, la energía solar, etc.)

El profundo conocimiento del autor sobre la ciencia del calentamiento global le permite darnos una verdadera explicación sobre lo que está pasando y propone soluciones realistas para el mayor problema al que ha tenido que enfrentarse la Humanidad. En este apasionado alegato, James Lovelock argumenta que, aunque el cambio climático ya es inevitable, todavía no es demasiado tarde para salvarnos (o al menos algunos de nosotros).

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